Si
te das cuenta, la gran mayoría de los artículos largos que
escribo, tratan temas relacionados con la bolsa, obviamente, pero
tienen un matiz importante: intento escribirlos para que sean
aplicados a los mercados de forma práctica. Para salir “airoso”
de la Bolsa, hay que tener un conocimiento importante de: el
funcionamiento de la propia bolsa, de las empresas y sobre todo del
comportamiento de la masa inversora. Y claro, dentro de esa masa
inversora, estás tú.
Si,
si… si te llegas a conocer bien, el comportamiento que desarrollas
en distintas situaciones, como a la hora de vender o comprar, tal
empresa, en un momento de euforia extrema bursátil o de pánico
depresivo bursátil, podrás tener resultados satisfactorios.
¡Claro
que es importante!..., saber cuáles son los tipos de órdenes que se
pueden lanzar al mercado, cómo abrir una cuenta en un bróker, etc.
Igualmente es importante saber cómo funcionan las empresas, qué ventajas competitivas tienen, ¿por
qué la empresa crece en ventas?, ¿qué significa cada cuenta de
balance?, ¿será capaz de pagar su deuda?, y otros indicadores que
ayudarán a saber si una empresa es buena inversión o no. Sabemos
que todos estos temas son importantes, pero ¿realmente
le damos la verdadera importancia que tiene conocer cómo funciona la
psicología inversora del inversor medio?.
Si no conocemos nuestra propia psicología, estaremos abocados a un
fracaso estrepitoso.
Por
ello, te animo a que leas, si no lo has hecho hasta ahora, cada
uno de los artículos anteriores a este artículo. Cuando los
hayas leído, te animo a que continúes con este último. Fíjate, con cada artículo que lees, tus conocimientos para llegar a ser un
inversor más efectivo se agrandan. Construyes una base sólida
para aumentar tu conocimiento, que a la postre te ayudará a obtener rendimientos satisfactorios.
Hoy
quiero hablar de un tema que está muy relacionado con los sucesos
de estos últimos años. El concepto que quiero introducir es lo
que se llama, “Efecto Ganador”. Podrás descubrir cómo el
efecto ganador puede influenciar en la bolsa, y en forma más
específica cómo influirá en ti de forma más específica. Si
llegamos a construir un efecto ganador en nosotros, podremos hacer
casi cualquier cosa que nos propongamos. ¿Empezamos?.
+
¿Qué
es el Efecto Ganador?: El equipo de fútbol:
Empiezo
con un ejemplo para ilustrar lo que quiero tratar de decirte.
¿Cómo
funciona un equipo de futbol y cómo puede llegar a ser el mejor
equipo del mundo?. Está claro que, formar un equipo de estrellas
es lo primordial. El Club debe de tener una buena cantera de jóvenes
o tener el suficiente dinero para comprar a las estrellas del
momento. Una vez que el Club tiene a esas estrellas, es necesario
tener un cuerpo técnico, formado por entrenador y
preparadores. Este conjunto de personas forman un grupo o equipo cuya
forma de preparación es la de practicar y practicar cada día.
En los fines de semana llegan los partidos, lugar en donde les toca
demostrar la aprendido y practicado. De esa forma un equipo
se vuelve ganador. Si se hace cada uno de esos pasos: -formar un
grupo de jugadores y entrenadores que practiquen cada día lo que van
a hacer a la hora de la verdad, los fines de semana-, llegarán a
tener muchas probabilidades de ganar siempre. Ahora viene la parte
interesante, la parte en donde interviene la psicología:
El
equipo, partido tras partido se da cuenta que tiene resultados
positivos, que tienen éxito, que ganan de paliza a todos, que
logran sus metas. Cada partido ganado es un refuerzo positivo en
la actitud de cada jugador. Salen al campo, pensando: -llevo
ganados muchos partidos, ¿por qué no voy a ganar este ahora?. Su moral es alta, su autoconfianza es alta, su preparación
ha sido alta. Saben que han hecho todo lo posible para prepararse y
saben que su planificación y entrenamiento ha sido ideal, ya que los
resultados les avalan. Salen a este partido y... ¿qué ocurre?, ¡que
vuelven a ganar!.
Esta
actitud, descrita en el párrafo anterior, se convierte en una
gran bola de nieve, que rueda por una colina hacía abajo: cada
vez, esa bola se hace más grande sin apenas esfuerzo. Esto es lo que
se llama “Efecto Ganador”.
El
triunfador habitual tiene más probabilidades de triunfar de nuevo.
El éxito es la consecuencia de una retroalimentación positiva,
es un círculo virtuoso que genera en nosotros la autoconfianza.
Pequeños logros, nos preparan para alcanzar logros mayores.
Por
el contrario, el perdedor habitual tendrá más probabilidades de
perder de nuevo. El fracaso es la consecuencia de una
retroalimentación negativa, es un círculo destructivo que poco a
poco generará desconfianza en nosotros mismos.
La
diferencia entre triunfar o perder, se mide según lo que
se tenga en mente respecto a la consecución de un logro, prefijado
de antemano. Si he conseguido o logrado lo que tenía en mente,
para mí habré alcanzado el éxito. Si no he conseguido o logrado lo
que tenía en mente, para mí habré obtenido un fracaso.
Explicaré
los conceptos éxito y fracaso más adelante. A continuación, quiero
explicar de forma científica, ¿cómo se genera en nosotros esa
sensación del "triunfador extremo"?.
¿Por
qué tener éxito y cómo influye en nosotros dicho éxito?:
¿Por
qué ganar? ¿Por qué triunfar? ¿Por qué tener éxito?. Los
niños en el colegio, en juegos, los mayores en sus trabajo,…
siempre compiten. Ganar hace que nos sintamos bien. Ese
sentimiento de bienestar es producido por dos sustancias, la
testosterona que impulsa a la dopamina en nuestro celebro. Al
generar testosterona en nuestro cuerpo, empezaremos a sentirnos mejor
gracias a la dopamina, y querremos volver a sentir esa sensación.
Por otra parte, la dopamina hace que se reduzca nuestros niveles de
cortisol en nuestro celebro. El cortisol es la sustancia que genera
en nosotros sentimientos de estrés o frustración. El éxito y el
triunfo hace que nos sintamos bien. Por el contrario, si no
ganamos, nos sentiremos frustrados. Ese sentimiento de "malestar", es
producido por el cortisol que se impulsada por la testosterona.
Cuando
se tiene el más mínimo éxito, se crea en nosotros una
satisfacción, euforia generada por la dopamina en celebro.
Cuando se tiene el más mínimo fracaso, se creará en nosotros una
frustración o estrés, generada por el cortisol. La dopamina y el
cortisol son sustancias generadas por la testosterona.
Imagino
que estas dos sustancias fueron primordiales en épocas pasadas,
cuando la lucha física cuerpo a cuerpo era fundamental para la
propia supervivencia.
Efectos
de la dopamina: aumenta nuestras capacidades para intentar
ganar de nuevo. Buscamos ganar, se incrementa la velocidad de
reacción, la agudeza visual, la perseverancia, elimina el temor,
ansiedad, depresión, etc. El éxito trae la agudeza mental,
optimización de capacidades.
Efectos
del cortisol en nosotros: al perder empezamos a tener
ansiedad, estrés y pérdida de confianza. Empezamos a ver las
cosas de forma pesimistas y de forma negativa.
Consecuencias
del éxito en los mercados de valores:
Pero
un éxito excesivo es malo, sí es que no se sabe llevar de forma
adecuada. El éxito puede llegar a convertirse en una droga.
La gente que triunfa no tiene en cuenta las amenazas. Se centra en
las posibilidades de recompensa futura
Si
nos centramos en ganar y nos obsesionamos, empezaremos a tomar
riesgos excesivos,
a descuidar nuestras estrategias, en definitiva pasaremos de ser unas
personas totalmente metódicas, a ser unas personas
descuidadas.
Perderemos la perspectiva de las amenazas y no
veremos el riesgo donde realmente si lo hay.
Solamente nos centraremos en conseguir nuestro “chute” de
recompensa en forma de dopamina. Este comportamiento es la causa de
la existencia de crisis
de cualquier tipo.
Por
ejemplo, cuando tenemos éxito en el mercado
de valores,
al invertir en alguna empresa cuya acción se está revalorizando
mucho, hace que aumente nuestra dopamina. Esto hace que nos sintamos
bien y empecemos a ver las cosas con más euforia y tal vez pasemos
por alto el peligro de ir aumentando los riesgos.
Descuidamos nuestros análisis y cada vez invertimos a precios más
altos y en activos más dudosos. Por el contrario, si no tenemos
éxito en la bolsa, vamos de fracaso en fracaso, el cuerpo genera la
sustancia del cortisol, sustancia encargada de producirnos estrés.
El cortisol hace que empecemos a ver las cosas de forma muy pesimista
y seamos más adversos a los riesgos y entren en nosotros
pensamientos tales como: la bolsa
es como el casino,
es un juego de azar, nunca volveré a comprar acciones, es una
estafa, etc. Se
pasa de una extrema euforia con la dopamina, a un extremo pesimismo con el cortisol.
Entonces,
a finales de 2008, y principios de 2009, los inversores en
bolsa estaban dominados por cortisol, en pleno estallido de
burbuja. En estos últimos años, desde finales 2009, los
inversores tienen más proporción de dopamina que de
cortisol. Están siendo años de creación de la burbuja. La
dopamina está relacionada con los burbujas bursátiles y el cortisol
con las crisis.
Aplicación
a las inversiones en bolsa:
Al
no saber el funcionamiento de la psicología inversora, el inversor
medio,
siempre se encuentra abocado al desastre: pérdida del capital
inicial invertido, bajas rentabilidades, compra y venta en momentos
erróneos, sobrerreacción
en momentos extremos.
El típico comportamiento hace que, cada cierto tiempo existan
burbujas
bursátiles. Si ese tuvo éxito en el periodo de expansión, a su vez, ese éxito provoca
en los inversores unas percepciones hacia el riesgo menores, por
tanto se toman mayores riesgos. Son sentimientos producidos por la
euforia que provoca la dopamina. Los inversores no perciben las
alertas y se olvidan de cualquier ejemplo de crisis pasada. No hay
alerta. Todos llegan al auto convencimiento que es imposible que
“hoy” haya otra burbuja u otra crisis. La codicia,
autocomplacencia y el riesgo se apodera de cada agente (persona que
influye en mayor o menor medida en la bolsa) bursátil. Se dicen
entre ellos: -las burbujas son cosas del pasado-. Finalmente, ocurre
un acontecimiento inesperado y traumático que hace que todo el
castillo de cartas se desmorone rápidamente. Y vuelta a empezar el
ciclo bursátil.
Ahora
que sabemos cómo el éxito influye en los mercados de valores, vamos
a ver cómo podemos aprovecharnos de esa ineficiencia colectiva en
la psicología bursátil.
En
el primer ejemplo que escogí para explicar qué es el efecto
ganador, tome un Club de fútbol. Ahora, tú
vas a ser ese equipo de futbol.
Tú eres el presidente, el entrenador, el jugador, y tú vas a salir
cada fin de semana a ganar
el partido que jugarás en la Bolsa.
¿Cómo? Debes de prepararte aprendiendo el funcionamiento de las empresas
(balance, cuenta de resultados, estados de flujo de efectivo,
ventajas competitivas, competidores, clientes, proveedores, etc.) y
el
funcionamiento de la psicología inversora.
Estableciéndote pequeñas
metas,
como pueden ser leer un libro relacionado con la bolsa cada mes,
analizar un balance de una empresa cada semana, dedicar un mes a
aprender
de una Leyenda
o cualquier otro objetivo que te propongas. De esa forma tomarás la
autoconfianza
necesaria para disfrutar de ese pequeño éxito.
Ese pequeño éxito te impulsará a tener
metas mayores
para ser un mejor conocedor de los mercados de valores o para
sobreponerte a los pequeños fracasos. Cada
éxito conformará en ti, el deseo de ser mejor inversor.
Cuando llegue el momento de realizar una compra de acciones, tendrás
la plena
convicción que has hecho tú mejor esfuerzo
a la hora de elegir, analizar y establecer una valoración. Al tener
ese convencimiento, cuando lleguen momentos de euforia o de pánico
bursátil, sabrás cómo funciona la psicología de la masa y podrás
tomar buenas decisiones bursátiles en base a datos objetivos (ya que
conocerás cómo funcionan los mercados).
No
te dejes guiar por la masa inversora. Mantente independiente y sobre
todo ignora a la multitud.
Si
te ha parecido útil y has aprendido algo nuevo con este artículo,
¿por qué no lo compartes con tus contactos?, con ese simple
gesto demostrarás que aprecias el trabajo del autor.
●BONUS:
¿Cómo
puedo pasar de un Efecto Perdedor a un Efecto Ganador?
Vencer
los retos que se nos plantean en el día a día, nos hace sentir bien
y a su vez, nos estimulan para afrontar y vencer nuevos desafíos.
Las
experiencias de éxitos anteriores, por mínimas que sean, generan
autoconfianza ya que son la clave. El éxito llama al éxito.
Queremos ganar, ya que nos hace sentir bien. Al ganar una vez,
probablemente ganaremos en el futuro, por tanto sabremos que al
esforzarnos tendremos una recompensa futura.
De
ser un inversor
mediocre se puede pasar a ser un inversor exitoso
si es que ponemos PASIÓN
en ello. Tener una disciplina,
estrategia,
conocimiento
y práctica.
Saber levantarse de las caídas anteriores. Confiar
en el conocimiento y en el sistema que hemos establecido
para nosotros. Si fracasamos, debemos volver a replantearnos nuestras
ideas y nuestro sistema. Volver a establecernos metas pequeñas, para
poco a poco ponernos metas más altas. Pequeños
triunfos podrán activar el circulo virtuoso del efecto ganador.
Termino
con unos pensamientos de Daniel Goleman: “La visión
positiva de nuestros sueños activa el área prefrontal izquierda del
cerebro, el mismo área que nos recuerda lo bien que nos sentiremos
cuando los alcancemos. Esto hace que nos esforcemos y sigamos
practicando y aprendiendo a pesar de los sacrificios que significa.
Centrarnos en nuestras fortalezas y conectarlas con nuestro sueño,
nos moviliza hacia nuevas ideas, personas y planes para conseguir lo
que queremos. Hace que veamos más la luz que la oscuridad”.•
¿Qué
piensas respecto al tema, después de leer esto?:
►¿Algunas
vez has tenido ese sentimiento que produce el Efecto Ganador?
Espero
que hayas disfrutado leyendo el artículo, tanto como yo
escribiéndolo.
Ánimo
a todos y ¡esperanza!
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Excelente artículo, no lo había leído.
ResponderEliminarEste blog es un tesoro sin fin.
Gracias y un abrazo.
Si lo escribí hace bastante, pero no paro de releerlo una y otra vez. Creo que puede ayudar a mucha gente.
EliminarAnalistoADS
Gracias por compartirlo Victor!